La consagración de la primavera
El estimulo complejo y la pintura antes de pintar.
El estimulo complejo es un concepto acuñado por G. Deleuze para hablar de la pintura de F.Bacon. Tomare este modelo teórico para hablar de la pieza La primavera (beso debajo de la luna ) de G. Quiroz.
El estimulo complejo es un lugar intermedio y por lo tanto en un distinto dominio sensible entre la información puramente visual (forma pura) de la pintura abstracta y la información narrativa , ilustrativa y literal de la pintura figurativa.
Estos dos caminos del quehacer pictórico parecían antiguamente los únicos dos polos en la pintura moderna. G.Deleuze intenta descifrar como F.Bacon es capaz de liberarse de lo puramente visual (abstracción) y al mismo tiempo de lo puramente narrativo e ilustrativo(figuración). G. Deleuze menciona varias claves especificas de la pintura de F.Bacon pero a mi me gustaría mencionar solo una para hablar con más claridad la obra de G.Quiroz.
El modo es dejar de considerar la superficie pictórica como una superficie blanca y virgen; asumir que la pintura antes de pintar es un lugar invadido por toda clase de imágenes predispuestas y clichés . En el caso de G.Quiroz estos forman parte del vasto conocimiento de su técnica, la cual posee un alto grado de refinamiento y acabado, un aprovechamiento muy consciente del accidente y una noción clara de los efectos resultantes. Esto es evidente cuando se ven las tres piezas presentadas por G.Quiroz en conjunto en la exposición el tiempo de la pintura. Las piezas verano e invierno, poseen un grado más “acabado”, son piezas casi perfectas en donde nada se les puede agregar o quitar, son en este sentido, piezas completas que cumplen con la imagen predispuesta que la técnica de G.Quiroz le permite obtener.
A veces el pleno control técnico puede resultar en pinturas muy buenas, excelentes sin duda, pero en especial la pintura abstracta al no contar con un referente objetual directo que asombre al creador, puede perderse en un ensimismamiento que si no es considerado deviene en composiciones y resultados técnicos esteticistas y retinianos que buscan mas el agrado y lo decorativo. Si bien la pintura de G.Quiroz esta cargada de una búsqueda lirica y sentido poético, expresada a través de la materia del oleo, su color y superficie. El estimulo complejo busca llegar màs lejos, a un distinto dominio sensible.
La pieza primavera , lo consigue. La forma en la que logra desatarse de lo clichés y vicios técnicos tiene que ver con un cambio en el proceso creativo de G. Quiroz. La pintura primavera parte de una imagen de referencia que desató estímulos sensibles. Estos estímulos consideran a la figura como una forma sensible relacionada con la sensación .Esta relación va ganado fuerza sobre la superficie de la pintura antes de pintar, se va volviendo más fuerte, más probable y más difícil de contener. Es como un estallido violento que desencadena la psicología del pintor junto con el acto corpóreo de construir con materia. La pintura entonces deja de ser una mera figura, deja de narrar, de ilustrar, de decorar y de agradar para convertirse en un hecho pictórico.
La imagen de referencia al ser usada por G.Quiroz después de su amplia experiencia como pintor abstracto (recordando el dominio que posee sobre el aprovechamiento del accidente y el dialogo con la materia y el color); le permite ver la referencia como un punto de partida y no como un punto de llegada, por lo tanto no busca representarla, no es la mimesis de la forma , es solo un intento de semejar por medios no semejantes, disparar el gesto y el color del momento psicológico especifico que si se refiere pero no narra la historia, no cuenta el cuento, escapando con esto del vicio ilustrativo en la pintura figurativa .
La primavera se vuelve entonces otra cosa, un lugar entre la forma y la materia , entre lo reconocible y el gesto, una masa que gravita y que desciende, explota en violencia carnal, esponantea y factual , cruda y agresiva en un espacio entre ensoñaciones y recuerdos. Es entonces un pintura arriesgada, no necesita considerar el retoque (solo opacaría el estado anémico especifico del pintor), ni el acabado, esta incompleta y por eso es provocativa, autónoma se olvida del agrado del espectador, es propia y esta viva. Detona la mayor cantidad probable de estímulos por desprenderse y desangrarse en su hecho pictórico, no habla directamente de una historia concreta, ni ofrece un reconocimiento sencillo, tampoco es placer puro para la retina porque plantea una tensión que exige, incluye a ambas y las excluye simultáneamente, generando entonces un sentido más complejo.
Manuel Garibay
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